Seleccionar página

Desde el mes de febrero hasta junio, el colectivo artístico En los bordes (en el que pertenezco), junto con profesores de la Universidad de Granada, ha organizado un curso titulado Tocar la tierra que se ha ido desarrollando en varios módulos: Tocar la tierra con las manos, con el arte, con el pensamiento y, por último, con los pies, es decir caminando, explorando, o, como decía Heidegger, espaciando.

 

En este último módulo, que he tenido el privilegio de coordinar, nuestros invitados eran unos expertos caminantes: Pilar Giraldo Rivera, de la Universidad Nacional de Colombia, Giulia Fiocca y Lorenzo Romito del colectivo artístico Stalker y Francesco Careri de la Università Roma Tre.

Pueden escuchar la sesión haciendo clic aquí.


Pilar Giraldo Rivera
es arquitecta, doctora en geografía por la Universidad de Granada y profesora de la Universidad nacional de Colombia. Pero, ante todo, es una caminante, una montañera desde niña y lleva dirigiendo el curso “La poética del caminar” desde el 2010, un curso en el que camina con sus alumnos por los Andes. Nos ha hablado de su experiencia recorriendo sendas con los indígenas U´wa de la Sierra Nevada del Cocuy que viven descalzos y habitan la tierra de una manera totalmente natural. Pilar nos ha mostrado su vida tan poética como admirable y su lucha por sobrevivir no tanto a los peligros de la naturaleza sino sobre todo a la voracidad de los monopolios petrolíferos. Resalta la dignidad humana de este pueblo que sin tener nada no es pobre sino todo lo contrario, tiene la riqueza de una plena conexión con su entorno y con su comunidad. Sin embargo, cuando son arrancados de su hábitat y traídos a la civilización capitalista, se trasforman rápidamente en pobres con vidas miserables y se autodestruyen. Todos nos hemos quedados soñando viendo las sugerentes imágenes que nos presentó Pilar de los indígenas que caminaban descalzos con los escultóricos tocados hechos con las hojas gigantes de rascadera (planta tropical).

 

Indígenas U’wa

 

Los siguientes conferenciantes fueron Giulia Fiocca y Lorenzo Romito de Stalker, el colectivo artístico nacido en 1995 en Roma que aúna a arquitectos, urbanistas, artistas y  habitantes de la ciudad. Realizan investigaciones y acciones sobre el territorio con especial atención a lo que ellos llaman los “Territorios actuales”, es decir, la realidad que se experimenta con el cuerpo, con la acción, con el encuentro, intentando ir más allá de lo que es la representación, el «espectáculo» como lo denominaba Guy Debord.

 

Sus investigaciones son nómadas y experimentales y han realizado numerosos proyectos siempre enfocados en la vida urbana, en explorar el lado escondido, marginal, latente de la ciudad, el que está invisibilizado o todavía no codificado, porque es ahí mismo que se encuentra el germen creativo y transformativo no solo de la ciudad, sino de la sociedad entera. Son lugares y experiencias fuera de lo “Contemporáneo”, es decir, de la imagen estereotipada y globalizada. En los «Territorios actuales» volvemos a ser personas humanas, activas, que protagonizan el acto de habitar un territorio desde el cuerpo y desde el encuentro con el otro.

Nos han presentado un recorrido entre sus múltiples proyectos enfocados sobre todo en la inclusión de los migrantes, desde Xeneide al Monumento a la ciudadanía planetaria, al MAD’O, Museo del Acto de la Hospitalidad.

Entre sus últimos proyectos está la Scuola di Urbanesimo Nomade, una escuela abierta a todos, colectiva e itinerante que explora los ecosistemas espontáneos que se autogeneran en la ciudad, incluidos los fenómenos de resilvestración (rewilderness), buscando en ellos el potencial de desencadenar una nueva realidad, más allá del espectáculo y de la tautología de la contemporaneidad. Nos han hablado del Lago Bullicante, un lago que ha surgido espontáneamente en el centro de Roma debido a un fallo durante la construcción de una fábrica textil. Abandonado desde los años 50, ha generado un nuevo ecosistema de «salvaje urbano» que podría ser un nuevo paradigma de relación simbiótica con la naturaleza.

 

Lago Bullicante

 

El siguiente conferenciante fue Francesco Careri que es arquitecto, profesor de Proyecto arquitectónico y de Arti Civiche en la Universidad Roma Tre, director de dos másteres en la misma universidad y autor de varios libros entre los cuales destaca Walkscapes, el andar como práctica estética y Caminar, detenerse. Pero ante todo Francesco es un caminante que muestra con sus prácticas e investigaciones que la esencia del ser humano es nómada y que cuando conectamos con este nomadismo existencial resurge en nosotros nuestro instinto creativo, nuestra pasión por descubrir, nuestra curiosidad, nuestro deseo de ampliar fronteras. Con Lorenzo Romito (con el que, junto a otras personas, fundó Stalker, ), hizo su primera exploración en los años 90, en la que dieron la vuelta de Roma por sus lugares deshabitados. Desde entonces Careri siempre se ha focalizado en el negativo de la ciudad, en los vacíos que nos rodean y que nadie ve. Ahí es donde está el germen de la transformación. Ahí se encuentran las preguntas que hacen vislumbrar un nuevo paradigma de habitar. Para él, la no ciudad es la ciudad verdadera. Y el deber del artista es siempre buscar nuevos horizontes. En esta ocasión nos ha mostrado cómo ha llegado del nomadismo del caminar al nomadismo del habitar y la importancia que tiene para él la dialéctica entre caminar y detenerse, entre nomadismo y sedentarismo, o, como dice Gilles Deleuze, entre el espacio liso y el espacio estriado. Ha expuesto sus recorridos con sus alumnos de Arti Civiche, los encuentros con los asentamientos nómadas existentes en la ciudad, la construcción, junto con los gitanos Rom, de la casa de todos (Savorengo Ker), la fábrica ocupada Metropolitz, el antiguo puerto ocupado (Porto Fluviale) y, finalmente, CIRCO, el proyecto de reconvertir los edificios públicos inutilizados en Roma—antiguas escuelas, cuarteles, hospitales, etc.— en lugares de hospitalidad para los “nómadas urbanos”, desde migrantes, refugiados a estudiantes, turistas, trabajadores fronterizos…

 

Porto Fluviale